miércoles, junio 13, 2007

Rincon

Dos minutos para las doce son.
Me gustan estos momentos,
no sé que tienen de especiales,
a veces uno ni los nota,
generalmente, creo, uno no los nota.

Quizá por eso son especiales.

Uno sabe que nada cambia, pero siempre lo pareciera.
Hay como un rincón incierto entre el tiempo.
Eso que uno sabe que no es, pero es.
Y puede ser de cualquiera de las dos formas.



Como ese niñito que puede ser cualquiera,
pero no lo es.

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